miércoles, 16 de noviembre de 2011

"El nombre del viento" de Patrick Rothfuss

Saludos floreados y azules a todooos!

Parece que el otoño por fin ha llegado y que viene para quedarse una temporadita! Pero eso no me preocupa, siempre y cuando el viento, entre las hojas, haga llegar a mis manos un libro como “El temor de un hombre sabio”...


Sin embargo, no me gustaría hablaros hoy de la segunda parte de la trilogía (que aún no he terminado), sino que me apetece reseñar o comentar el primer libro, el que me enganchó, vamos, que no es otro que “El nombre del viento”.
De este no hay película ni hay ná (menos mal). Estaba empezando a pensar que mi blog trataba de libros que luego se convertían en pelis ¡pero no! ahora llega el momento de alejarse de ese encasillamiento y hablar de uno que todavía no fue llevado al cine (aparte de Memorias de Idhún, claro).
Por lo tanto, no hay razones para no comenzar.


Este libro lo leí un poco de rebote, pero bueno, tampoco os vayáis a pensar que no me llamó la atención desde el principio.
Aunque a veces nos puedan engañar, las portadas son las ventanas de los libros: ellas nos hacen pararnos en seco mientras recorremos con la mirada una fila de libros, ellas son las que hacen que nos acerquemos al libro con la cabeza ligeramente ladeada y sostengamos el ejemplar para verlo mejor, después darle la vuelta y leer cuidadosamente de qué diablos trata. En el caso de que no contenga sinopsis en la contraportada (que a veces pasa), me contento con leer la primera frase del libro.
Eso es tremendamente peligroso para el libro porque es de ser persona muy exigente decidir si un libro vale o no la pena por ¿cuánto? ¿Diez, doce palabras?
En este libro leí la sinopsis de la contraportada y también la primera frase, que es la siguiente:

“Volvía a ser de noche. En la posada Roca de Guía reinaba el silencio, un silencio triple.”

Señores, me cautivó.
Pero no me lo compré. No sé si ese día no llevaba dinero encima (que puede ser posible) o ya estaba leyendo algún otro libro y quise esperar un mejor momento. No me acuerdo.
No obstante, el destino quiso que tuviera que cambiar un libro que me regalaron en la navidad del 2009 (creo) y, mientras intentaba decidir cual me llevaba, lo volví a ver.
Ahí sí que no dudé.
Aunque parezca extraño, no soy una especial entusiasta de comprar libros que no he leído, prefiero comprar los que ya he leído y me han gustado y, de esa manera, “coleccionar” los libros que me gustan.
Es tremendamente arriesgado (pero esta vez para el lector y no para el libro) comprar un libro que no has leído (que por otro lado es lo normal, no?) porque ¿y si resulta que no te gusta y lo tienes que tener en la estantería el resto de tu vida?
Me ha pasado y fastidia.
Pero en este caso me tiré a la piscina y no me arrepiento ni un ápice.
Es un libro especial. Conozco a gente que no le ha gustado, pero a mí desde luego que sí. Y de una vez empiezo con la trama y personajes que si no me lío y no acabo xD

El protagonista de esta historia es Kvothe, que se pronuncia “cuouz”, un hombre atormentado por una historia. Su historia. 


Él es una leyenda, se cuentan miles de historias sobre él, pero solo él mismo sabe la verdad y está dispuesto a contársela a Cronista, un hombre también dispuesto a escuchar y a recopilar toda su historia.
Tienen tres días para el relato, ni uno más ni uno menos.
Cada libro se corresponde con los días, es decir, el primer libro cuenta lo sucedido en el primer día de relato y así.
A estos dos hombres les acompaña Bast, un chico joven bastante sencillo en principio, pero que luego va cogiendo forma hasta límites insospechados.

Kvothe comienza a relatar desde que es un niño hasta que tiene ¿quince años?, me parece recordar. Él es un hombre maduro en el momento en que lo cuenta, como de treinta y cinco, cuarenta años, más o menos (deducciones mías, eh).
El protagonista es un hombre extremadamente inteligente, que aprende a una velocidad vertiginosa; también ha robado princesas a reyes agónicos, dicen que incendió la ciudad de Trebon, pasó la noche con Felurian y se despertó vivo y cuerdo, le expulsaron de la Universidad a una edad a la que la mayoría todavía no los dejan entrar, recorrió caminos de noche de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día...y muchas más cosas.
En otras palabras, Kvothe es un auténtico crack. Pero está triste, y eso es algo que no encaja y nos hace engancharnos a la historia.
Me gusta mucho Kvothe. Por si os interesan los detalles, es pelirrojo.


¿Qué os diré de Denna? Ay, Denna.
Es la chica, sin duda. Pero es un personaje curioso. Va a donde la lleva el viento (como Pocahontas), es decir, nunca se pasa más de un día en un mismo sitio y te exaspera un poco la mínima evolución de su relación con Kvothe.
Si tuviera que decir algo negativo del libro, diría eso: queremos más romance! Pero ni siquiera eso, porque estropearía el suspense necesario para los demás libros y la relación dejaría de ser especial, porque no es la típica relación que se ve que están alargando porque sí, porque ahora te dejo, ahora no, ahora ya no te quiero, ahora sí... hasta el final que se quieren.
En este libro no pasa eso, el rollo está en que no sabes a que andan porque yo creo que ni ellos mismos lo saben.
Y lo dicho, no me parece necesario hablar de más personajes (aunque Abenthy se merecía un comentario, y Sim, y Wil... ay Wil) porque, como todos, este libro hay que irlo descubriendo. Ojalá os tenga pronto la reseña de la segunda parte aunque es un poco complicado porque son...1190 páginas.
Y eso, que cuesta.

En lo referente a la trama y la historia en sí, es muy complicado contaros algo interesante sin destriparos nada. Lo que sí diré es que es la historia de una vida, pero no una cualquiera, sino una plagada de aventuras y contratiempos.
Para no dejaros así, sin saber nada de lo que cuenta el libro, os mencionaré una de mis escenas favoritas.
Me encanta la parte en la que Kvothe está haciendo el examen para acceder a la Universidad. Los maestros le hacen miles de preguntas superdifíciles que nadie entiende, salvo él, claro. Realmente merece la pena leerlo porque es una auténtica maravilla. Os transcribo un par de frases para que os hagáis una idea:

“- ¿Conoces las siete palabras que harán que una mujer te ame?
Lo miré tratando de decidir si la pregunta tenía continuación. Como Elodin no dijo nada más, respondí:
- No.
- Pues existen.”

xDDDDDDD
No son todas así de excéntricas, pero pocas podrían ser respondidas por alguien que no perteneciera a su mundo.
Bueno, pues nada más por hoy, espero que os haya gustado, volveré seguramente con la reseña de “Donde los árboles cantan”.
Me despido jeje gracias por leerme y hasta la próxima! :)